Losse es el fotógrafo. Esta figura expresa, es decir, saca fuera cosas de dentro algunos de los elementos de pertinencia. Decir algo castra porque la mirada se va a la raja, el poder de las caderas, el acento de la axila, la temible muslatura, la línea de desesperación que va desde la punta axilar, rodea el seno, baja al viente y vuele a esa raja fatal. Al dibujar uno se retuerce en las condiciones que le obligan a que esa superficie, que es más superficie en la parte que rodea al ombligo, sea motivo de impulsos bien defendidos por la especie: todo miente porque es instinto; nada es fiel porque los fondos mandan a algo y al recrearse en esto se conoce la negación sustantiva porque de mi no puedo obtener una verificación sino siempore siento una condicionante de que es esto o esto, no más. Pero está esa sospecha, siempre ahí de que todo esta en una perpetua negación de sacar lo que se oculta. Esa es mi rabia que se queda uno en este gran fantasma de contundencias. Lo mujer, lo visible, el cuerpo es un mandamiento reculante y retorcido que se queda en pura vinculatoria. No puedo creer, por más que pujo, en todos los faramallosos relampagueos cancioneriles del gusto del cuerpo cuando en esa piel está el horror vacuo, el llenadero imposible, el gran faltante y el todo borde nudoso borroneo. Lo siento pero en mis dibujos el impulso sale así: la vulva y el falo condicionantes-prisión-número que la castra invertida: madre padreado y padre matriz. Nada de cabeza y todo le canta a la nada. En fín: droga, sata y saja. A mi que no me venga: todo es el gran vehículo para el desplome: reproduzcámonos, rayemos. Puntemos hasta el hoyo, no dibujo: todo es la condición del resignado a la especie y a la ausencia de cualquier motilidad: no, no es penetrable, el falo está atravezado en tu bulva celebral. Otraveceado en tu vulva madre te arroja a los demás y tu celebro queda en la joda y nada más por ahora. Me canso, no?
