carcriatura 16

Dieciséis.

Tiene frente de sí un dilema; de hecho ha apagado los aparatos que ha puesto a su derredor, aunque la disposición diga otra cosa. Se place del pequeño lugar en donde vive: así ha de concentrarse. Tiene la intuición de que mascando un poco más podrá encontrar el cómo acabar de una vez con ese enorme edificio con dos entradas y una salida de emergencia: su construcción teórica, bah. Basta que del interior vengan las ayudas que siempre acuden a resolver y decidir el por donde sigue con el apoyo de un bagaje de conceptos que le bailan ante los ojos: ¿proletarizar? ¿ser ateo? O lo uno o lo otro.
Un grito lo distrae. La suegra pide ayuda de inmediato. La lavadora requiere de un algo que la equilibre. No urge, sí urge para la suegra. Mientras sube a la azotea, la escalera disuelve el enojo de ser interrumpido una vez más y comprende que toda aquella organicidad de la madre de su mujer es una razón suficiente, un manifestarse del poder de la superficie. No, esa mujer no es caprichosa, siempre ha sido así. Lo inmediato es lo urgente y solamente hay que hacerlo. Hacerlo bien y ya. A lo que sigue. Todo lo que es su cuerpo está hecho para el responder inmediato, el hacer, la acción. La lavadora ha de quedar ya. Pensar es una intermediación que nos separa de la actividad.

Al subir la escalera ya está resuelto. Le gusta que su suegra sea así, que todo sea así. No hay dilema. La mujer sabe qué hacer: una lección que deja rozadura: la hija, la mujer de él, no reacciona de inmediato: grita, asusta a todos antes de que suceda una acción peligrosa. No se mueve, no es acción: grita, se petrifica. La madre, la suegra, la ha inmovilizado antes de la acción porque es la suegra la que tiene la posesión de las actividades reales. Tal es el carácter de la mujer del que sube por la escalera pensando en las experiencias y reacciones de su mujer, del que ha sido distraído, del que decide que el dilema es una percepción fallida y que el planteamiento de su teoría carecía de esto que la suegra ha propiciado: el dibujo contundente de que el dilema está contenido en una razón superior, que es parte de una forma difusa que no contiene todo lo que debe de contener y que por lo tanto no reúne las condiciones de complejidad que una familia tiene.