caricriatura 4

Cuatro.

Cada vez le gusta más esa mujer pero ahora con los matices reales, los que ofrece un rostro que ya no es querido y que deja ver que el odio que le traía a su padre no era mas que una cagante dependencia; su quesque adicción a una soledad gótica transformada en un hijo atestado (futuro adicto) de los consejos maternos de Internet. El rostro que agradaba, ahora desmadejado, malfingiendo que tiene una relación estable de buenas cogidas, de esas donde las parejas se respetan y recuerdan sus cumpleaños. Muy seria como si toda esa mendicidad valiera la pena. Ni modo, quisiera verla pasar: gorda, muuuy gorda poniendo por delante al bodoque de hijo que tiene cara de clasemediero siempre de izquierda. Me encantaría toparme con ella, decirle algo conmovedor para que la amistad continuara y yo disfrute el cómo cuajó ella en lo real. De esa gente imprescindible que de tanto odio te fascina, sobre todo por el modito que te echó de su vida por no ser el pendejo que ella necesitaba.